Cuaderno de campo, Reflexiones

Cuaderno de campo

Un cuaderno de campo (o diario de campo) es la herramienta que utilizan los investigadores para tomar nota de sus observaciones, registrando aquellos hechos susceptibles de ser interpretados. Pueden incluir anotaciones sobre las circunstancias del día, el clima, olores, sonidos, acciones, dibujos o bocetos, ideas desarrolladas, frases o esquemas, mapas, e incluso las sensaciones e impresiones que causan los elementos que se están registrando sobre el observador.

Para que sea completo y útil, se recomienda incluir conclusiones extraídas a partir de las observaciones y hacer las anotaciones en orden cronológico. Debe desarrollar una redacción clara y fiel, pero con un estilo personal, pues al fin y al cabo será de utilidad principalmente para el autor.

Lo registrado en el cuaderno o diario de campo no será la realidad en sí misma, sino la realidad vista a través de los ojos del observador, con sus percepciones y su propia manera de ver el mundo. La subjetividad entra en juego desde el mismo momento de ver los hechos, no solo en la interpretación de los mismos. Por eso puede afirmarse que aunque dos observadores trabajen juntos sobre el mismo tema, sus diarios de campo pueden ser muy diferentes. Esto hace interesante compartir y comparar los diarios de campo de distintos observadores.

A partir de ahora, la serie Cuaderno de campo (que en realidad empezó hace un par de semanas sin que yo fuera consciente de ello) tratará de convertirse en una pequeña recopilación de fotografías de lo que ocurre a mi alrededor cada semana. No tengo claro si será un diario exhaustivo, si seré constante o si lo ampliaré con textos propios o ajenos. Prefiero dejar que crezca a su manera y ver a donde me lleva. Como digo, la idea ha tomado forma por su cuenta, así que podéis retroceder en el blog y leer las dos primeras entradas, ligeramente reeditadas.

Os doy las gracias a todos por pasar por aquí.

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Analógico, Fotografía, Reflexiones

Nuevas viejas maneras de ver el mundo

Qué sensación tan lejana y extraña la de estar ante una manada y hacer fotografías con la duda de si se verán o no, intentar capturar cada nueva pose sin saber si la siguiente será mejor, contar cada foto que queda en el carrete, querer acabarlo pronto y al mismo tiempo demorar el final. Y sobre todo, qué impaciencia, qué cosquilleo al abrir el correo y ver que tus fotos han llegado, la emoción de ver la química convertida en pixeles. Nuevos tiempos, nuevas técnicas, nuevas viejas maneras de ver el mundo.

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Fotografía, Reflexiones, Viajes

Disfruten de la vida, por favor

Lo que os voy a contar puede parecer un chiste, pero no lo es, es algo muy serio. ¿Qué hacen un italiano, un brasileño, un canario y una gallega en el claustro de la Abadía de Samos? Sentir la piedra y el agua, percibir el tiempo y la historia escondidos en cada rincón, disfrutar de la luz que se cuela por los arcos centenarios, admirar las pinturas que cubren sus paredes, curiosear entre los muchos personajes representados, guarecerse de la lluvia, hacer fotografías, caminar sobre los pasos de cientos de hermanos, peregrinos y visitantes que durante siglos recorrieron sus pasillos. Y en el momento de la despedida, escuchar un sabio consejo de boca de nuestro guía: disfruten de la vida, por favor, que es muy breve.

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Fotografía, Reflexiones

Cosas que ocurrieron en verano

La fotografía es poderosa.

Creía que había tenido un verano pésimo, sin vacaciones, sin viajes, casi sin días de descanso y con un triste final… pero repasando mi archivo lo que encuentro son buenos ratos, familia y amigos, comidas al aire libre, celebraciones, un montón de niños, pies descalzos, juguetes, breves momentos de relax que veo a modo de fogonazos, suficientes para dar luz a la oscuridad.

Sí, la fotografía es poderosa. Te transporta a momentos ya pasados. Te recuerda lugares que casi habías olvidado. Y consigue traerte a personas que ya no están.

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